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lunes, marzo 27, 2006 

Compartiendo un criterio...


Buceando en internet sobre la pelicula "La mujer de mi Hermano" me topé con el controversial Jaime Bayly, y entre uno de sus escritos encontré "En defensa de los gays", luego de leerlo decidí compartirlo, esta es la versión resumida:

" La vida es una aventura incompleta si uno no encuentra nunca el amor, y éste tiene muchas manifestaciones, siendo el amor homosexual una de ellas, es tan legítimo y respetable como el amor heterosexual. Algunas personas condenan a los gays. Los argumentos que usan para oponerse a los gays suelen ser:

La homosexualidad es antinatural: Lo natural es lo que ocurre sin forzar las cosas, en armonía con la naturaleza. Muchas personas sienten una atracción natural por otras personas de su mismo sexo. Eso ha ocurrido siempre y seguirá ocurriendo. Lo antinatural sería obligarlos a estar con alguien ajeno a su voluntad, violentando sus deseos, o impulsarlos a vivir en absoluta castidad. Eso sería una crueldad, ellos también tienen derecho a ser felices y amar, eso es lo natural.

Ofende a Dios: La iglesia católica dice que la tendencia homosexual no es un pecado pero que la práctica sí lo es. Osea: que los gays deben reprimir su sexualidad y vivir en abstinencia. Promueve la homosexualidad como una conducta moralmente mala y que no forma parte de una vida afectiva complementaria y sexualmente auténtica. Si Dios quiere que seamos felices y vivamos el amor, si Dios es amor, Si dos personas se aman y son felices, honran a Dios y a la vida misma. Dios ha creado también a los gays y ellos tienen derecho a ser felices y amar a su manera.

Constituye une enfermedad que debe ser curada: Hace ya mucho tiempo que los médicos dejaron de considerar a la homosexualidad como una enfermedad. No sabemos si las personas nacen gays o se hacen gays. Pero eso da igual. Lo importante es que son felices así. Nadie debería cambiar su manera natural de ser, de vivir, de expresar el amor, siempre que así sea feliz y no le haga daño a nadie. Que cambien los que quieran, los que no se sientan cómodos con su tendencia gay; y que no cambien los que son felices. Es absurdo pedirle que se cure a quien no esta enfermo.

Amenaza con destruir a las familias: Si tratamos a los gays con cariño, ninguna familia se va a destruir. Lo que destruye a las familias es la mentira, la hipocresía, la duplicidad moral. Lo que hace daño es que los gays se escondan bajo el manto protector de una familia heterosexual, sólo para salvar las apariencias, y que lleven una vida homosexual clandestina y avergonzada. Eso sí es inmoral y suele hacer daño. Pero que los gays puedan vivir libres y felices, ¿qué daño hace a las familias heterosexuales? Ninguno. Que aceptemos que los gays existen y tienen derecho a ser felices no hará que más o menos personas sean gays. Ninguna persona heterosexual se va a convertir en gay sólo por tener amigos gays y tratarlos con cariño.

No es una expresión de amor sino de lujuria pervertida: Los gays no son pervertidos o promiscuos por naturaleza. Los hay, como los hay heterosexuales. El hecho mismo de ser gay no define el contenido moral de una persona, su conducta y sus valores. Es perfectamente posible que una mujer o un hombre gay lleve una vida decente y admirable. Nadie está condenado a ninguna perversión sólo por sentir deseos hacia una persona de su mismo sexo, así como nadie está a salvo de llevar una vida sexual impresentable sólo por sentir una atracción hacia el sexo opuesto.

La relación ideal de pareja, gay o straight, debería ser una en la que no haya mentiras ni infidelidades. Lo único que importa es que las personas adultas se amen, sean felices, no se mientan y no le hagan daño a nadie. Cuando una persona gay se atreve a vivir su sexualidad libremente, sin complejos, lo sano -casi diría lo natural- es que aspire a una relación de pareja y no a una vida promiscua. Pero, si una persona quiere tener una vida sexual muy activa y acostarse con mucha gente, es problema de ella. Eso no depende de su identidad sexual sino de su moral personal.

Atenta contra la reproducción de la especie: Los heterosexuales continuarán siendo la mayoría. La gente seguirá teniendo hijos. Es absurdo pensar que si dejamos de discriminar y humillar a los gays, si empezamos a tratarlos simplemente como a personas normales, todos nos vamos a convertir en gays y la especie se extinguirá. Lo normal y natural es que nazcan más heterosexuales que homosexuales, y eso no va cambiar si aprendemos a ser tolerantes y justos con los gays.

Es una desviación moral inaceptable: ¿En nombre de qué moral se condena la homosexualidad? Yo no acepto que mi sentido de la moral, de lo que está bien y lo que está mal, me lo dicten otras personas. Cada uno sabe, en el fondo de su corazón y su conciencia, lo que está bien y lo que está mal. Y yo honestamente creo que es inmoral decirle a una persona homosexual que no puede expresar sus sentimientos, que debe renunciar al amor, que debe vivir una vida amargada, reprimida, avergonzada. Yo creo que es inmoral condenar a alguien a la infelicidad en nombre de una moral intolerante y cruel. Lo inmoral no es ser gay: lo inmoral es despreciar a los gays y negarles la posibilidad del amor. "

Acompaño al autor en su mensaje, y al igual que él, lamento discrepar con muchos en mi punto de vista, en respetar y apreciar a la gente en su calidad humana, sin importa su raza, posición, credo ni preferencia sexual.

Aquí el artículo completo